Los errores comunes al dar y recibir feedback en la educación

El feedback se ha convertido en un elemento esencial en el proceso educativo, tanto para alumnos como para educadores. Proporciona una oportunidad para mejorar, aprender y crecer, permitiendo a las personas entender cómo están desempeñándose y qué áreas pueden necesitar atención. Sin embargo, a pesar de la importancia que tiene, dar y recibir feedback no es un proceso sencillo y, a menudo, se cometen errores que pueden obstaculizar el aprendizaje y el desarrollo de los estudiantes.
Este artículo explorará los errores comunes al dar y recibir feedback en el ámbito educativo. A lo largo del texto, se abordarán los diferentes aspectos que implican la entrega y recepción de retroalimentación, cómo estos errores pueden afectar el aprendizaje y qué estrategias se pueden implementar para mejorar la comunicación. El objetivo es ayudar tanto a educadores como a alumnos a mejorar sus habilidades de feedback para crear un ambiente educativo más enriquecedor y efectivo.
Errores comunes al dar feedback
Al ofrecer retroalimentación, es fundamental ser consciente de cómo el mensaje puede ser percibido por el receptor. Uno de los errores más comunes es el falta de claridad en la comunicación. A menudo, los educadores pueden resultar vagos al ofrecer sus observaciones, lo que puede generar confusión y frustración en los alumnos. Por ejemplo, en lugar de señalar qué aspectos específicos necesitan mejora, pueden simplemente decir "esto no está bien", lo que no proporciona una guía clara sobre cómo mejorar. Para que el feedback sea útil, es esencial que los educadores adopten un lenguaje específico y descriptivo.
Otro error significativo es la omisón de lo positivo. Algunos educadores tienden a centrarse únicamente en lo que está mal, sin reconocer lo que el estudiante ha hecho bien. Este enfoque puede llevar a que los estudiantes se sientan desanimados y subestimados. La retroalimentación debería ser equilibrada, destacando tanto los logros como las áreas de mejora. Por ejemplo, en lugar de simplemente decir "tu ensayo tiene muchos errores de gramática", sería más constructivo decir "has presentado argumentos sólidos en tu ensayo, pero hay algunos errores de gramática que debemos revisar".
El timing del feedback también es crucial. A veces, los educadores brindan retroalimentación demasiado tarde, o en momentos inadecuados, lo que puede hacer que la información no se asimile de manera efectiva. La retroalimentación debe ser inmediata, particularmente en actividades prácticas o en tareas específicas, para que los estudiantes puedan relacionar los comentarios con su rendimiento de manera efectiva. Por lo tanto, es vital encontrar el momento apropiado para ofrecer ese feedback, ya sea en el mismo día de la actividad o justo después de la entrega de la tarea.
Errores comunes al recibir feedback

Recibir feedback es tan importante como ofrecerlo, y los estudiantes también pueden cometer errores que afectan su capacidad para aprender de las críticas. Uno de estos errores es la defensividad ante la retroalimentación. A menudo, los alumnos pueden sentirse atacados cuando reciben comentarios sobre su desempeño, llevándolos a rechazar lo que se les dice. Esta reacción no solo impide que los estudiantes aprendan de sus errores, sino que también puede dañar la relación con el educador. Para superar esta defensividad, los estudiantes deben recordar que el feedback está destinado a ayudarles a mejorar, no a desanimarles.
Otro error habitual es la falta de reflexión sobre el feedback recibido. Muchos alumnos se limitan a escuchar los comentarios sin tomarse el tiempo para reflexionar sobre ellos y considerar cómo pueden aplicarlos en su futuro rendimiento. Es esencial que los estudiantes desarrollen un enfoque reflexivo hacia la retroalimentación, utilizando los comentarios para establecer objetivos de mejora y métodos para alcanzarlos. Esto implica revisar los comentarios en un entorno tranquilo y contemplar cómo se pueden aplicar a su trabajo futuro.
También es común que los estudiantes se enfrenten a la dificultad para pedir aclaraciones cuando no entienden la retroalimentación. Si un alumno recibe un comentario que no comprende completamente, es vital que se sienta cómodo preguntando al educador para obtener más detalles y ejemplos concretos. La falta de comunicación sobre el feedback puede llevar a malentendidos y a la falta de progreso, por lo que fomentar un ambiente donde los estudiantes se sientan seguros al hacer preguntas es crucial.
Estrategias para mejorar el feedback en la educación
Para superar los errores comunes al dar y recibir feedback, es fundamental adoptar algunas estrategias efectivas. Una de las más importantes es la formulación de objetivos claros antes de ofrecer retroalimentación. Los educadores deben tener claro qué esperan lograr al dar feedback, ya sea corregir errores específicos, motivar al estudiante, o guiarlo hacia un entendimiento más profundo del material. Con objetivos claros, el feedback será más efectivo y orientado hacia el crecimiento.
Adicionalmente, el uso de métodos de retroalimentación estructurados puede ser de gran ayuda. Por ejemplo, el modelo de retroalimentación “Sandwich” (empezar con un comentario positivo, seguido de la crítica constructiva, y terminar con un buen comentario nuevamente) es una técnica eficiente. Este método ayuda a equilibrar la información negativa con la positiva, lo que facilita que el estudiante reciba el mensaje sin sentirse atacado. Este enfoque no solo suaviza el impacto de la crítica, sino que también fomenta una conversación más abierta y constructiva.
Por último, es esencial fomentar un ambiente seguro y de apoyo donde tanto educadores como estudiantes se sientan cómodos dando y recibiendo feedback. Esto puede implicar la creación de normas de clase que promuevan la apertura y el respeto durante las discusiones sobre rendimiento. Un entorno seguro permite que los estudiantes se sientan más dispuestos a expresar sus opiniones y a hacer preguntas, mientras que los educadores pueden ser más abiertos al recibir retroalimentación sobre su propia enseñanza.
Conclusión
La habilidad para dar y recibir feedback de manera efectiva es fundamental en el proceso educativo. Si bien existen muchos errores comunes que pueden obstaculizar este proceso, es esencial reconocerlos y trabajar para superarlos. La claridad, el equilibrio y el timing son aspectos clave que los educadores deben considerar al ofrecer retroalimentación. Igualmente, los estudiantes deben aprender a manejar su defensividad, reflexionar sobre los comentarios y buscar aclaraciones cuando sea necesario.
Implementar estrategias efectivas ayudará a transformar la experiencia educativa tanto para educadores como para estudiantes. Al enfrentarse a la retroalimentación como una oportunidad de aprendizaje en lugar de una crítica, se puede fomentar un ambiente donde todos sientan que están en constante crecimiento. La formación de habilidades de feedback no solo mejorará el rendimiento académico, sino que también cultivará relaciones más sólidas dentro del aula. Así, se estará contribuyendo a un sistema educativo más comunicativo y constructivo en beneficio de todos los implicados.
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